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¿Por qué hablar el bearnes?

¿Por qué hablar el bearn es?  
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[aprender ya el bearnes] 

                         Los lingüistas estiman que, de aquí a un siglo, más de la mitad de algunas de las 6000 lenguas habladas en el mundo habrá desaparecido (80 a 90% en ciertos lugares como la América Latina). El bearnés, el gascón, su hermano gemelo, y el occitano, su otro hermano, forman parte del conjunto de las lenguas amenazadas. Somos solidarios con toda lengua amenazada, pues para cada ser humano es una parte de su propio patrimonio. En lugar de estar en condiciones de defender todas las lenguas debemos, desde ahora, movilizarnos para que nuestra lengua (nos) sobreviva y es obligación de los poderes públicos contribuir a ello.

La función de una lengua va mucho más allá de la sola comunicación, pues en virtud de su estructura, cada una acarrea una visión particular del mundo; además, una lengua es un poderoso vector relacional, emocional, cargado de afectos.

Cada lengua es una forma particular de “establecer un trato” con su prójimo, una forma original de presentar las cosas. 
[Ejemplo = ¿En qué otra lengua que no sea el español se podría decir mejor el equivalente de: “El pueblo unido, jamás será vencido”?...Aunque en bearnés no está mal del todo: “lo poble unit, jamei serà vençut” (lou poblé unit, yaméy séra bénçut)]

“Que las lenguas sean portadoras de una visión del mundo, es la gente bilingüe que nos lo prueba. No son la misma persona según la lengua que hablan. Sus actitudes, sus expresiones, cambian; y aún la naturaleza de sus palabras. La gramática en eso es fundamental: constituye lo que es obligatorio en una lengua. En francés, por ejemplo, lo que observamos en primer lugar, son los tiempos y el género. Pensamos el mundo en función de eso.” 
Colette Grinewald
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razones objetivas

                           La palabra occitano significa lengua que dice oc (pronunciado “o”) para decir sí. Esta lengua va desde Bordeaux a Niza subiendo al norte de Clermont-Ferrand, hasta Montluçon. Cubre una superficie de 190.000 km2 poblada por 15 millones de habitantes. Nuestra lengua es una al mismo tiempo que versátil. En nuestra región podemos decir que hablamos el bearnés o el occitano del Bearn, de Gascoña, como la gente de Québec dice que hablan el francés de Québec. Nuestra lengua es una gran lengua. El bearnés fue durante siglos lengua del estado, lengua de reyes.

Hay obras importantes fueron escritas en occitano comprendido también el Bearn. Nuestra lengua es muy rica por su fonética, posee unos veinte sonidos más que el francés: 7 consonantes y una quincena de diptongos y triptongos. Tenemos prácticamente todos los sonidos del inglés y de muchas otras lenguas de Europa y del mundo.

Entonces, aprendemos más fácilmente el inglés y otras lenguas que los franceses que sólo hablan el francés standard, nosotros pronunciamos todas las s en el plural, como en inglés y en otras lenguas: es una ventaja. Soplamos fuerte en las h, en las palabras hemna (mujer), har (hacer), hami (hambre); es un caso único en Europa del sur, un rasgo excepcional para hablar bien inglés, alemán, y otras lenguas. Hacemos diferencia entre la r y la rr, entre poret (pollo) y porret (pera), entre serada (noche) y serrada (conjunto de colinas); todavía una ventaja más para hablar bien español, ruso y aún inglés y alemán, estando la r en estas dos lenguas mucho más cerca de la nuestra que de la r standard francesa. Tenemos algunos giros de gramática y sintaxis frecuentes que son como en inglés: también un rasgo importante. Aplicamos rigurosamente la concordancia de los tiempos (que voi que vienis; qu’ei volut que vienossis); utilizamos corrientemente el pretérito indefinido o pretérito: la setmana passada, dab la hemna qu’anem tà Pau). Es importante para aprender muchos idiomas: el inglés, como nosotros, utiliza el pretérito mientras que el francés no lo emplea y no hace la concordancia de tiempos.

Aunque nos digan lo contrario, estamos favorecidos por nuestro acento para aprender idiomas del sur de Europa y de América y aún el inglés y el alemán: ¡nadie más, en Europa habla agudamente! Ese acento agudo, standard, que quieren imponernos es reductor, mutilador en este momento en Europa. No queremos denigrar el francés, queremos, por el contrario, defenderlo pues es nuestra lengua. Pero pensamos en el futuro de nuestros hijos que deberán hablar varias lenguas. Mostrémonos dignos de este capital precioso heredado de nuestros ancestros: ¡PARLEM LA NOSTA LENGUA! 
Gilbert Narioo
– (artículo aparecido en La République des Pyrénées el 07.02.2006)

 

Se podría agregar el nuestro  Gilbert Narioo que nuestra lengua es la esencia divina porque es por su mediación que la Santa Virgen se dirigió a Bernadette Soubirou al borde del torrente de Pau: “ Que sol er’Immaculada Concepciou” (soy la Inmaculada Concepción) ?!?!?!

   

razones sentimentales    

               “Esta tierra de Bearn era mi madre y mi padre, era el lenguaje que hablábamos corrientemente y que no era el francés. El francés era el lenguaje endomingado, con ropa un poco raída y sin arrugas, que sin embargo, se nos enseñaba con amor. Sabíamos usar el pretérito indefinido del indicativo y el pretérito imperfecto del subjuntivo como lo sabemos siempre en el Bearn aun cuando este arte se haya perdido en la capital. Nuestra lengua de todos los días, la de las cosas y no la de las ideas, era el hablar duro de los ancestros cuyos vocablos son la concreción de la energía: algo que toma cuerpo en nuestra carne, la aspereza de algo en nuestra garganta, su volumen, su densidad, su sabor particular en nuestro paladar.

El bearnés me enseñó a apreciar en el lenguaje un acto permanente de encarnación: la identidad del que dice y de la cosa dicha, de la naturaleza y del espíritu que el verbo conoce en conjunto y hace de ello una sola cosa. Gracias a este idioma que he olvidado un poco, pero que permanece en mí siempre nuevo, de tal manera que al releer algunos textos bearneses siento de nuevo el sentimiento de que el génesis acaba de ocurrir. Yo profesé al vocablo un respeto mucho más allá de su sentido intelectual, una confianza que obedece a su textura, a la materia con que está hecha, a la multiplicidad de los sentidos posibles que ella contiene y que el espíritu podrá hacer realidad.

Una palabra bearnesa es todo nervio y todo hueso, un centro de significados en alerta, un esqueleto de consonantes poderosas, una arquitectura cuyas vocales cubren el vasto espacio interior, una articulación de ritmos souples y seguros como el sentido pirenaico del andar, un ser carnal y espiritual todo junto, seco como un sarmiento bien plantado en la tierra, sin trazas del énfasis que hincha otros lenguajes, pero lleno de un soplo a la medida del canto y si se quiere de la retórica profunda, el vasto discurso del alma que lleva la adhesión más que la lógica de los conceptos”

-Discurso del gantés Pierre Emmanuel en ocasión de su recepción en la Academia de Letras Pirenaicas en 1962.-    

razones estéticas

                        “Un pueblo revela los caracteres esenciales de su espíritu a través de su lengua. El bearnés construye su frase de tal manera que de un guiño o de un oportuno gesto de labios le da los sentidos más opuestos. Todo el sabor del espíritu bearnés está en ese hablar gráfico, irónico, voluntariamente ambiguo permitiendo siempre una retractación o una escapatoria.

Si el bearnés es sólo un dialecto, es decir una deformación popular de la lengua francesa,  ¿de qué palabra francesa deriva “escarnir” (verbo activo que quiere decir imitar) y “enlurras”? (para decir que se desliza involuntariamente sobre el hielo de la arcilla) => ¿Cuál es la palabra francesa a la que se parece?

¿Qué pensar de la forma en la que nuestros boyeros animan a su yunta: bé…bous…bé. ¿Esto no es griego? => bé, imperativo de baino; bous en plural – “Marchen vacas, adelante”.

Y la vieja que grita a su asno recalcitrante “I va?”, ¿no habla la lengua pura de Virgilio?. Cuando nuestros jóvenes entran en una posada y piden simples cafés (un café para cada uno) reconocemos el singulus latin, que no tiene equivalente en francés. Otra palabra cuya armonía imitativa precisa el sentido, la empleamos para definir el movimiento de rasgar una tela de lino: esquissa. Escuchamos el ruido de la tela que se divide. Esquissa, es el aoristo del verbo griego skitso; esquissa = rasgué. Qué riqueza de expresiones: cada palabra es un prisma que produce mil matices diferentes. Praube (irónico) o pobre se transforma en praubin, praubas, praubot, praibinas, praubet, praubinou, praubinot, praubinin…tantas palabras diferentes que hacen que nos quejemos, que desafiemos, que adulemos, que despreciemos…Allí donde el francés no puede llegar, que vaya el bearnés…”  

Paul de Lagor

  razones de identidad

                          Aunque se hayan sufrido asaltos repetidos e injurias del tiempo, el bearnés se mantiene como una lengua viva, que cultiva su particularidad en el seno de la Occitania. Por nuestra lengua antes que nada nos singularizamos, nos especificamos; nuestra lengua representa nuestra verdadera raíz y nos pone en contacto con la riqueza extraordinaria que representa la experiencia milenaria, que nos legaron nuestros ancestros, en todos los dominios. Esta historia del pueblo bearnés está grabada en el idioma bearnés y sólo pide ser descifrada.

En estos tiempos inciertos, hechos de conmociones incesantes, hay, naturalmente, un deseo de analizar la situación, de situarse en la línea que ha mostrado, con el correr del tiempo técnicas de supervivencia particulares, adaptadas a las circunstancias; una línea que desarrolló formas de relaciones específicas modeladas por la necesidad  (principalmente la ayuda mutua), el relieve y el tiempo. Nuestra hermosa lengua refleja ese formato regular, ininterrumpido, que tuvo lugar durante más de un milenio y nos revela, no sólo, la forma en que se comunicaban nuestros ancestros entre ellos, sino también su forma de estar juntos y su relación con el mundo. Toda lengua nos interpela y una lengua que muere es una parte de nosotros mismos que no se conocerá jamás, con mayor motivo si se trata de la lengua de sus ancestros.  

(Hubert Dutech: Lo Noste Béarn)

 

Página traducida por Graciana Erriest